Los reptiles mudan su piel de forma natural, pero cuando ese proceso no se completa correctamente, se produce lo que se conoce como retención de muda o "muda retenida". Esta condición puede parecer menor al principio, pero si no se trata, puede provocar problemas graves como infecciones, necrosis o incluso pérdida de extremidades.
Es especialmente común en especies como geckos, serpientes y pogonas, y muchas veces está relacionada con baja humedad, deshidratación o falta de elementos que ayuden al roce natural.
Restos de piel adherida en zonas como ojos, cola, dedos o alrededor de la boca.
Color apagado o textura seca en partes del cuerpo después de una muda.
Dificultad para abrir los ojos o moverse con normalidad.
Irritación, cambio de comportamiento o falta de apetito.
En casos severos, dedos ennegrecidos o secos (urgencia veterinaria).
Asegurate de que el terrario tenga la humedad adecuada para la especie.
Incorporá piedras, ramas o superficies rugosas que ayuden al roce.
Ofrecé baños tibios en recipientes poco profundos si el veterinario lo aprueba.
No arranques la piel retenida a la fuerza, podés causar heridas graves.
Consultá con un veterinario especializado en exóticos ante cualquier duda.
Consejo final: La muda retenida no es solo estética. Es una señal de que algo en el ambiente o en la salud del reptil no está bien. Detectarla a tiempo y actuar con cuidado puede prevenir daños irreversibles.