La megabacteriosis, también conocida como AGY (Avian Gastric Yeast), es una enfermedad causada por un hongo unicelular que afecta el tracto digestivo de las aves, especialmente el proventrículo (una parte del estómago). Aunque en un inicio se pensó que era una bacteria gigante (de ahí su nombre), hoy se sabe que se trata de una levadura agresiva y persistente.
Es común en periquitos australianos, pero también puede afectar a canarios, agapornis y otras especies. Lo preocupante es que los síntomas suelen avanzar de forma lenta y muchas veces se confunden con otros problemas digestivos.
Pérdida progresiva de peso, aunque el ave sigue comiendo.
Presencia de semillas sin digerir en las heces o en el vómito.
Regurgitación o vómitos frecuentes, sobre todo después de comer.
Letargo, plumaje erizado y menor vocalización.
En fases avanzadas, el ave puede dejar de comer y mostrar signos graves de debilidad.
No automediques con antibióticos, ya que pueden empeorar la situación.
Consultá a un veterinario especializado en aves: el diagnóstico se realiza mediante análisis de heces o cultivo.
Si se confirma, el tratamiento suele incluir antifúngicos específicos y dieta controlada.
Reducí el estrés del ave: cambios bruscos de jaula, ubicación o compañía pueden empeorar el cuadro.
Mantené el ambiente limpio, bien ventilado y con higiene rigurosa.
Consejo final: La megabacteriosis puede tratarse si se detecta a tiempo. La clave está en observar los pequeños cambios de comportamiento y acudir al veterinario sin demora.