
Un Felino en Medio del Conflicto
En la historia de los héroes de guerra, no solo encontramos soldados y oficiales, sino también animales que desempeñaron un papel crucial en momentos difíciles. Tal es el caso de Simon, un gato que se convirtió en un símbolo de resiliencia y valentía a bordo del HMS Amethyst, un buque de la Marina Real Británica durante el Incidente del Yangtsé en 1949.
Simon no solo ayudó a mantener el barco libre de ratas, sino que también se convirtió en una fuente de apoyo emocional para la tripulación en medio de un conflicto crítico.
De Gato Callejero a Miembro de la Armada
Simon fue encontrado como un gato callejero en Hong Kong en 1948 por un marinero del HMS Amethyst, quien decidió llevarlo a bordo. Pronto, Simon se ganó la simpatía de la tripulación al encargarse de controlar la población de ratas en el barco, asegurando que los suministros estuvieran a salvo.
Pero su verdadera prueba llegó en abril de 1949, cuando el HMS Amethyst fue atacado por tropas chinas comunistas en el río Yangtsé, dejando a la nave aislada y con severos daños. Durante el ataque, Simon resultó herido por metralla, sufriendo heridas en su rostro y quemaduras en su pelaje. A pesar de esto, continuó cazando ratas y levantando el ánimo de la tripulación atrapada a bordo durante más de tres meses.
Un Héroe con Bigotes
El valor de Simon no pasó desapercibido. Tras la liberación del HMS Amethyst, el gato fue recibido como un héroe en el Reino Unido. Su historia fue ampliamente cubierta por la prensa y se convirtió en el único gato en la historia en recibir la Medalla Dickin, la más alta condecoración para animales en servicio militar.
La tripulación lo describía como un "compañero fiel" y un símbolo de resistencia en tiempos difíciles. Sin embargo, a pesar del reconocimiento, Simon falleció poco después debido a una infección causada por sus heridas, siendo enterrado con honores militares.
El Legado de Simon
La historia de Simon sigue viva en la memoria de la Marina Real Británica y de los amantes de los animales. Su tumba en el cementerio de mascotas de Ilford, Londres, es un recordatorio de que los héroes pueden venir en todas las formas y tamaños, incluso con bigotes y cuatro patas.